Premios Sombra 2017

Ecologistas en Acción otorga, desde 2008, los Premios Sombra a los peores anuncios del año, aquellos que han destacado en los últimos 12 meses por transmitir valores sexistas, xenófobos, insolidarios, consumistas, o por hacer pasar un producto como ecológico sin serlo. ¿Por qué unos Premios a la peor publicidad?

Premio Sombra 2017

Este año, el Premio Sombra 2017 ha sido otorgado por el público a Campofrío por su campaña «Hijos del Entendimiento», con el 40% de los votos. Este ha sido el resultado de la votación:

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Aquí puedes ver los anuncios finalistas de esta edición:

 

Premio 10 años de Premios Sombra

El Premio Sombra histórico al peor anuncio en los 10 años de edición de estos Premios, ha sido otorgado por el público a Bankia por su campaña «Hazte Bankero», con el 33% de los votos. Este ha sido el resultado de la votación:

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Aquí puedes ver los finalistas:

Informe Finalistas de los Premios Sombra 2017

En este informe podrás leer un análisis de cada uno de los finalistas:

Los finalistas de los Premios Sombra 2017

¿Cómo funcionan los Premios Sombra?

Hasta el 17 de junio se ha podido votar el Premio Sombra del Público. Pero además,  contamos con un anuncio ganador del  Premio Sombra del Jurado, elegido este año por:

¿Por qué unos Premios Sombra a la peor publicidad?

La publicidad es mucho más que un instrumento de persuasión masiva para la compra de productos y servicios. Es, ante todo, un instrumento de educación para el neoliberalismo: una vía para la transmisión de ideas, valores, conductas y desinformación que permitan que la maquinaria política, social y económica del capitalismo globalizado no se detenga en su andadura hacia el crecimiento infinito.

Como brazo comunicativo del aparato de producción, de esta manera, la publicidad permite enmascarar el deterioro social y ambiental devenido del insaciable apetito de beneficios de la clase empresarial, y el insaciable apetito de cosas y experiencias de la clase consumidora.

Aunque la expansión de este artefacto industrial, comunicativo y experimental, tarde o temprano tendrá que detenerse. Ojalá que seamos las propias personas, organizaciones y colectivos, limitados a ser una simple pieza de este engranaje comunicación, producción, distribución y consumo, quienes alzando nuestra voz y ofreciendo alternativas practicables seamos capaces de detener este sinsentido consumista. Caso contrario, serán las condiciones naturales del planeta las que, cuando ya sea tarde, indiquen exactamente dónde se encuentra el techo del crecimiento infinito del absurdo mercantil. Porque, por más veces que nos lo repitan y por más innovaciones que se utilicen en la publicidad, no todo puede convertirse en una mercancía.


¡Si quieres colaborar con nosotros y nosotras, envíanos a través de esta página anuncios que merezcan ganar un Premio Sombra!